Después de las Navidades, que entre una cosa y otra se prolongaron hasta Carnavales, vine a hacerle una visita a la familia chicharrera. Y aunque siempre estoy muy a gusto (con esta gente no puede ser de otra manera), esta vez, sin injerencias externas, fue incluso mejor. Solete de vez en cuando (también cayeron chuzos), muchas risas, niños estupendos, la comida rica de Belén, el vino rico de Dani, charlas interminables, y muy enrriquecedoras, animadas por los chupitos de la tierra, y mucha tranquilidad y buen rollo. No se puede pedir mucho más. A las fotos me remito, como siempre. Gracias por todo. Os quiero mucho
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